máquina engrasada

a puro fútbol

Escuchaba a la hinchada corear "Gracias a la vida, por ser cruzado..." mientras en la cancha se veía todo lo que a uno le gusta del fútbol: velocidad, garra, toque, goles y camiseta; y les cuento que fui feliz. Me acordé de todos los amargos que miran de fuera sacando la calculadora, llenando estadísticas o "exigiendo" cosas al equipo.

Fui feliz porque de esa manera se justifican los resultados. Fui feliz porque las cosas por fin resultaron tal como se trabajó. Fui feliz porque en las buenas o en las malas en el corazón de todos los que presenciamos el espectáculo había una camiseta cruzada que nos hace mirar con fe el porvenir (como siempre).

En fin, fui feliz porque aplastamos a Olimpia y pase lo que pase en la copa (y en la vida) te seguiré alentando.